lunes, 28 de septiembre de 2015

Capítulo 28: ¿Qué significa "familia"? (Pt. 2)

Lo dicho siempre, espero que lo disfrutéis y muchísimas gracias. Esto no continuaría de no ser por el apoyo :)



 -Maldita plancha- se exasperó Sissie, peleando con su plancha del pelo en un intento inútil por alisarse el flequillo-. ¡Justo hoy se tenía que estropear!

  Kath rió al tiempo que iba a abrir la puerta. Tras ella, apareció Vanessa engalanada con unos pantalones pitillo rojos y una blusa a la sisa azul marino.

  -¿Aún estáis así? Va a terminar el acto y seguimos aquí.

  Sissie le sacó la lengua, al tiempo que se abrochaba su vestido rosa palo.

  -Las estrellas siempre llegamos tarde, ¿no lo sabías querida?

  Las tres amigas se unieron, entre risas, en un abrazo y salieron de la habitación. Unos ojos azul hielo las observaban desde el otro lado del pasillo. ¿Cuándo sería perdonada? Si es que llegaban a
perdonarla alguna vez, claro está.

  Abajo, en el patio, habían montado unas mil sillas enfrente de un escenario improvisado, sobre el que Daniella debería hablar frente a los quinientos alumnos del Internado, el claustro y algunos periodistas locales que se habían colado para el momento.

  -¡Jay!- gritó Kathleen cuando vio al joven junto a su madre, luciendo chaqueta y corbata.

  Jay le mostró una hermosa sonrisa cuando llegó a su lado, y le dio un pequeño beso en la cabeza.

  -¿Y Abby?

  Kathleen se encogió de hombros.


  -No la hemos visto por la habitación en toda la mañana.

  -Dale tiempo- le dijo Daniella. Estaba resplandeciente con el pelo recogido en una trenza de espiga, parecía una modelo-. Las heridas de la vergüenza no sanan así como así. Oh, debo dejaros, queridos. Gracias por venir- les sonrió, al tiempo que se marchaba corriendo hacia su atril.

  Kath y Jay caminaron juntos hacia la primera fila, donde tenían sitios reservados junto a Keegan, Sissie y Brenton.

  De repente, entre todo el gentío, localizó una larga melena pelirroja, adornada con mechas rubias. Esa cabeza solo podía pertenecer a alguien en todo Londres, y quizá en todo Reino Unido.

  -¡Abby!- gritó, agarrándola del brazo-. Ven a sentarte con nosotros, por favor.

  Abby le dedicó una brillante mirada cargada de esperanza.

  -¿De veras?- preguntó, una vez sentada entre Kathleen y Jay-. ¿Por qué querrías estar conmigo, Ojos de moco?

  -Bueno, creo que Jay ya te explicó el concepto que tenemos él y yo de familia- y le dedicó una mirada cómplice a Jay, mientras que estrechaba la mano de Abby-. Independientemente de lo que hicieras en el pasado, estuviste ahí para ayudarnos cuando de verdad lo requerimos. Esa lealtad
significa para mí más que cualquier insulto anterior.

  Abby no había esperado que fuera tan fácil recibir el cariño de los demás. Tal vez es que siempre lo hubiera tenido, lo que ocurría es que no había sabido valorarlo.

  Todo el mundo calló de repente: Daniella había subido al atril y comenzaba su discurso.

  -Buenas tardes a todos y todas los presentes. Llevo toda mi vida viviendo bajo distintos nombres: a veces he sido Rebecca, otras Margaret, y la mayoría del tiempo, Daniella. Pero digamos que mi nombre no es importante, a fin de cuentas los años me han enseñado a valorar a la gente por lo que son, y no por lo que tienen o su nombre. Después de todo, eso es lo que somos. Somos un yo, y también un nosotros porque, ¿qué sería la vida si no la compartimos? Y doy gracias cada día por habérseme brindado con tan maravillosas personas a mi alrededor. Espero, de verdad que esa idea sea la que les transmita, desde aquí, a todos y cada uno de los alumnos y alumnas de este lugar.

  Los flashes no paraban de saltar cuando Kath, deslumbrada, sintió una presencia tomar asiento a su lado.

  -¿Llego tarde? Es que no leí el correo electrónico hasta esta mañana.

  Esa voz... Kath la conocía muy bien. Se giró y se encontró con el ovalado y dulce rostro de Sue Tilman, quien fue tiempo atrás su tutora legal y también gran amiga.

  -Sue...- susurró, mientras la abrazaba entre lágrimas-. ¿Qué haces aquí?

  -Me invitó la directora. ¿No esperarías que me perdiera este momento, no?- le lanzó un codazo de broma-. Sabía que ibas a ser alguien grande, mi niña.

  Y ambas volvieron a sumirse en un nuevo abrazo.

1 comentario:

  1. Fuiste nominada en mi blog http://losdiasoscuroslosprimerosjuegos.blogspot.com.es/2015/09/nominada-en-los-liebster-awards.html
    Besos :-*

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